martes, 4 de diciembre de 2012

La gota

Con la intención de llegar a su objetivo, salió disparada desde mi pelo; y sólo apenas se dio cuenta de detenerse un instante en mi frente. Se detiene para que yo la sienta. Recorre mi frente y acaricia mi nariz  Se demora observando el abismo. Transpira  casi duda, pero lo hace. Salta intentando no destruirse. La curva de mis labios no fueron lo suficientemente difícil para detenerla, en cambio, casi jugó. Sentí como su humedad rozó mi cuello. Siguió su camino dejando rastros. Inquieta se dejó llevar. Sentí cada partícula, incluso su desmoronamiento. Humedad es sólo una palabra, una metáfora. Se desintegró ante mis ojos. Casi la extrañé, aunque tengo su deserción.
                                                                           

                                                                           

La gota desapareció... en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario